Cómo impresionar a tu jefe

Ya tienes el trabajo. La parte difícil ya pasó. ¿O apenas está empezando?

Evita atender asuntos personales. Aprovecha tu hora de comida o descansos programados para hacerte cargo de tareas personales tales como compras en línea o hacer llamadas personales.
Establece un buen récord de asistencia. Llega temprano y quédate hasta un poco más tarde, al menos hasta que te hayas formado una imagen clara de tu entorno de trabajo.

Aprende nombres y roles rápidamente. Mantén una lista de recursos para ayudarte a recordar nombres y cargos.
Se un jugador de equipo dispuesto a ayudar. Tu flexibilidad e interés por el éxito del equipo serán apreciados.
Aprende acerca de tu entorno. Habla con colaboradores acerca de los lineamientos generales y las reglas tácitas.
Lee las políticas y publicaciones de la empresa. Aprende las reglas y regulaciones y apégate a ellas.

Conoce lo que se espera de ti. Haz un plan a 30, 60 y 90 días que incluya tus metas, habilidades por aprender, personas a quienes deberías conocer y proyectos por completar.
Conoce a tu gente. Aprende acerca de su estilo de trabajo y las maneras más efectivas de comunicarse e interactuar.
Mantente organizado. Usa cualquier sistema que requieras –listas, sistemas de llenado, planes de proyecto, etc., para mantenerte en la cima de tu productividad laboral.
Haz preguntas. Nadie espera que lo sepas todo inmediatamente, y es mejor pedir ayuda que cometer errores basados en suposiciones.
Pide retroalimentación. Obtén input y orientación de otros para asegurarte de estar progresando en la dirección adecuada.

Practica la regla de 80/20. Escucha durante 80% del tiempo y habla el 20%.
Disiente sin ser irrespetuoso. 
Se sensible, especialmente cuando hagas cambios. Demuestra que valoras el tiempo y energía que los demás invierten en el trabajo.
Se positivo. Todos desean trabajar con alguien que tenga buena actitud. Lleva tu estado de ánimo al trabajo todos los días.